La corrupción cotidiana, por Javier Díaz-Albertini

"La extendida corrupción cotidiana genera el caldo de cultivo propicio para sinvergüencerías mayores".

21/02/2017 Poco después del fin del régimen fujimorista, muchos analistas señalaron que el debilitamiento ético de la sociedad peruana había sido la causa –y no la consecuencia– de la enorme corrupción que se vivió en esa época. En estos días de graves denuncias que involucran a altas autoridades y funcionarios, es importante recordar que la extendida corrupción cotidiana genera el caldo de cultivo propicio para sinvergüencerías mayores. 

Actualmente, al hablar de la corrupción, tiende a limitarse a lo que ocurre al interior –o en relación– al gobierno. Por ejemplo, para el Banco Mundial es: “[…] el abuso de la función pública en beneficio privado”. Pero esto es una visión peligrosamente limitada porque individualiza la falta y al culpable, pero no ataca el entorno social que lo alienta. 
Conviene más bien volver a los orígenes de la palabra ‘corromper’: “echar a perder, depravar, dañar o pudrir algo” o “pervertir a alguien”. Bajo esta mirada, la corrupción consiste en viciar cualquier proceso social al dañarlo normativa y moralmente. A su vez, son actos que adquieren cotidianidad cuando son frecuentes y están normalizados (“total, si todos lo hacen”). 
¿Tenemos algo que nos hace inherentemente corruptos? Es claro que no. La corrupción cotidiana surge cuando relativizamos y personalizamos las normas. Es algo que se nota con claridad en las nueve encuestas nacionales de corrupción realizadas por Proética. En una sección del cuestionario se plantean situaciones reñidas con la ley o la moral –como dar coimas, no pagar impuestos, robar servicios públicos, sustraer dinero de un escritorio, entre otros– y se les pregunta a los encuestados hasta qué punto estarían de acuerdo o en desacuerdo con estos actos. Lo sorprendente es que un 65% en promedio dice estar “ni de acuerdo, ni en desacuerdo”. Proética señala, entonces, que existe una “tolerancia media” hacia la corrupción. El cumplimiento de la norma depende del momento, los intereses individuales y la conveniencia personal. 
Entonces, ¿el problema es nuestra cultura que nos hace corruptos? Bueno, sin duda tendemos a admirar al que logra las cosas al margen de las normas (criollo) y menospreciar al ‘quedado’ (es decir, al que cumple). Pero esto ocurre en muchas otras culturas que tienen niveles muy bajos de corrupción. La cultura es todo lo que aprendemos (bueno y malo, moral e inmoral, correcto e incorrecto). No es una serie fija de indicaciones que seguimos cual autómatas. Es más bien una caja de herramientas que nos permite adaptarnos –reflexivamente– a diversas situaciones. Y ahí justo está el asunto: las situaciones.
Tenemos una respuesta estándar cuando conocemos de una sinvergüencería: “Así somos los peruanos”. ¿Por qué no decimos lo mismo cuando somos cumplidos y honestos? Jamás me han ofrecido o insinuado un soborno para modificar una calificación en mis tres décadas como catedrático. Respetamos los turnos en los bancos, el reglamento de tránsito en ciudades estadounidenses, el cruce peatonal en el club privado o condominio, la autoridad en la comunidad campesina… ¿Qué tienen de especial estas situaciones que frenan la corrupción cotidiana y la relativización de la norma?
En primer lugar, las normas son legítimas (la gente cree en ellas). Por ejemplo, quiero que mi universidad sea exigente e íntegra porque así mi título profesional tendrá más prestigio. En segundo lugar, porque funcionan las instituciones encargadas de velar por el cumplimiento. No es recomendable intentar coimear a la Policía de Tránsito en muchos países. Y, en tercer lugar, porque consideramos a los otros como iguales: vecinos, socios, ciudadanos. Queremos para los demás lo que queremos para nosotros mismos. La gran esperanza para nuestro país es justo extender estos islotes de comportamiento ético y ciudadano al conjunto de situaciones que vivimos en nuestra cotidianidad.

3 comentarios:

  1. YA VAN DOS AÑOS DE CORRUPCIÓN EN LLATA INSTALADA POR CERO TRINIDAD, JUNTO A SUS OPERADORES COMO ROBALIÑO, ADOLFO ESPINOZA Y EL ASESORAMIENTO EN PENDEJADA DE ROMER TRINIDAD.

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  2. ROMER Y CIRO TRINIDAD DOS MAESTROS CON BAJOS SUELDOS, PERO CON HARTO DINERO DEL DIEZMO (DE LA CORRUPCIÓN), HASTA DUEÑO CON TESTAFERROS DEL CONSORCIO TUY TUY, AHORA PRETENDEN COMPRAR CANDIDATOS DISTRITALES PARA PERPETUARSE EN EL PODER. ¡HUAMALIANOS! CUANDO LICITAN OBRAS HAY QUE ESTAR ATENTAS PARA INVITAR A GRANDES EMPRESAS Y HAY QUE INVITAR AL PERIODISMO PARA EVITAR QUE SEASN ADJUDICADAS MAÑOSAMENTE A LAS EMPRESAS DE SUS CANDIDATOS, OJO, OJITO, OJAZO, ESTE CLAN TRINIDAD NO SE PUEDE BURLAR DE LOS HUAMALIANOS, DESDE AHORA HAY QUE ESTAR ATENTOS.

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  3. LA CORRUPCION ESTA PEOR EN SALUD PEOR QUE EL MUNICIPIO ESE SR HENRY HERRERA ESTA ROBANDO CON EL SEÑOR FAVIOL MAS QUE EL GERENTE DEL MUNICIPIO AVALADO POR ALICIA EPINOZA Y CARMEN ALVARADO AVALADO POR SU TIO EL GOBERNADOR ALVA .
    LA DIRECTORA NUEVA TAMBIEN ES CORRUPTA POR MANTENER A ESTOS LACRAS EN EL CARGO
    ASTA CUANDO BAMOS PERMITIR SEÑORES LLATINOS AHORA NADIE HABLA LA BOCA EN LLATA ESE UPA CONSEJERO FONSECA YA NO DICE NADA MAS PARA GILIANDO CON LAS ENEFERMERAS JACASINAS CON SU PAISANO DE CERO TRINIDAD
    NO HAY NADA DE MORALIZACION TODO ES CORTINA DE HUMO SEÑORES ESA RATA DE HENRY HERRERA SI NO SALE DEL CARGO SEGUIRA LA CORRUPCION EN LA RED DE SALUD HUAMALIES.
    EXIGIMOS INMEDIATO CAMBIO DE ESE CORRUPTO SEÑORA DIRECTORA SINO ESTAREMOS PIDIENDO SU CABEZA DE UD.

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LOS MENSAJES DISCRIMINATORIOS, INJURIOSOS, AMENAZANTES Y DENIGRANTES PODRÍAN SER ELIMINADOS POR LA ADMINISTRACIÓN. GRACIAS...

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ORGANIZADO POR LA DOCENTE UNIVERSITARIA TERESA GUERRA CON ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS HUAMALIANOS. PRESENTACIÓN EN LA CIUDAD DE HUÁNUCO EN HONOR A LA VIRGEN DEL CARMEN, JULIO DEL 2016.

JIJA EN LLATA

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LA FAMILIA DÁVILA ANUNCIAN QUE REANUDAN CON LA JIJA EL 31/12/2016 CON SU FUNCIONARIO EL PROF. FILENO FAVILA GABRIEL