REMENBRANZAS - HIJO PUÑOSINO

09/08/2012

HUÁNUCO | La fecha, por el tiempo, el alcohol y otras cosas más, no la recuerdo; pero sí que después de comer un buen plato de tokosh caminamos juntos a Salinas, un lugar de agua gasificada que queda en el distrito de Puños, provincia de Huamalíes.
Fue en ese distrito que años atrás, vio la luz por primera vez, mi caro amigo Crisanto Guerra.

Él, después de recibir su primera formación académica en su pueblo natal, caminaba aproximadamente una hora, hasta Llata, para continuar con sus estudios secundarios. Dice que, mientras recorría esos senderos llenos de rocas y pajas, pensaba en su futuro. Lo que él no sabía es que, años después, sus sueños se cristalizarían como el agua que bebió de los puquiales por donde pasaba.

Fue así que, estando en la plenitud de su juventud, decidió dejarlo todo para seguir a Cristo. Cuando llegó, en 1991, al Seminario Mayor San Teodoro, era, como lo es hasta la actualidad, un poco parco y de poca conversación. Estudió ahí los tres primeros años de su formación filosófica y, la teológica, la recibió en el Seminario San Francisco de Sales, de Huaraz.
Años después, apareció en esta tierra para ser, literalmente hablando, enterrado con flores, la tarde del 16 de diciembre de 2000, por manos del extinto monseñor Hermanno Artale. Ordenado sacerdote, comenzó hacer realidad sus sueños e inició su servicio a los más necesitados, pensando y recordando su niñez y su juventud.

Fue nombrado párroco de la iglesia de la “Natividad de la Santísima Virgen” en Santa María del Valle. Distrito que tiene una jurisdicción territorial religiosa grande ya que forman parte de esa demarcación algunos pueblos de Amarilis y Churubamba. Así, este joven párroco tiene que atender a cuarenta y cuatro comunidades rurales, con una población aproximada de 29,000 habitantes. Sabido es que esta parroquia, históricamente, abrigó a los franciscanos en su labor de catequizar este valle.

Recuerdo que después de verlo como sacerdote, entró a trabajar en la Aldea San Juan Bosco, formando espiritualmente a los niños huérfanos que son cobijados en ese lugar. Un día, después de un largo trabajo, mientras regresaba de su parroquia con dirección a la aldea, se chocó con su camioneta en la baranda de la pista y, conocedores de su poco hablar, llamó a uno de sus amigos y le dijo: «Ves, ya he chocado el carro».

Fue en esa época que me enteré de su gran inclinación por la tecnología y, seguramente, fue un de los primeros sacerdotes en esta ciudad que tuvo correo electrónico, facebook, celular y otras cosas más. Detalle que le permitió estar acorde con la vanguardia tecnológica y comunicarse con personas de diferentes partes del mundo, especialmente, con párrocos de otros países como Alemania.

Así, después de hacer, no como mochilero (valga la aclaración), un viaje a Estados Unidos para participar de un curso en Programas Sociales y Políticas para aldeas infantiles en Madison Wisconsin, logró realizar algunos convenios como el “Servicio del voluntariado para los jóvenes” entre las Parroquias de Santa María del Valle, de la Diócesis de Huánuco con la Arquidiócesis de Friburgo-Alemania a la que denominan Hermanamiento Partnerschaft donde participan la Unidad Pastoral de Sud OstManheim y las parroquias de St. Bruder Klaus de Edingen, St. Aegidius de Seckenheim, St. Bonifatius de Friedrichsfeld y St. Andreas Neckarhausen de la Arquidiócesis de Friburgo.

La Partnerschaft, o pacto de hermanamiento entre la Iglesia del Perú y la Arquidiócesis de Freiburg–Alemania, es un estilo de vida que relaciona a los pueblos de los distintos países y tiene como objetivo común testimoniar el seguimiento de Jesús, fortaleciendo la fraternidad como hijos e hijas de un mismo Padre; constituyéndose de esta manera en un signo de esperanza, unidad y comunión fraterna. Sus lineamientos son: la espiritualidad, la comunicación, la solidaridad y la organización.

Gracias a estos convenios, la parroquia que dignamente dirige el padre Crisanto tiene la visita constante de ciudadanos alemanes, quienes apoyan en labores sociales, religiosas y culturales a los diferentes pueblos de su jurisdicción, y muchos jóvenes gotovallinos han tenido la oportunidad de viajar a Alemania para un compartir con familias de ese país.

Hoy, recordando aquellos tiempos en que compartimos juntos, manifiesto su gran trabajo espiritual y social, teniendo presente que su labor silenciosa, y sin tocar bombos ni platillos, está permitiendo que pueblos de esta hermosa ciudad, como es Santa María del Valle, se desarrollen.

CORRESPONSAL: Jacobo Ramírez Mays 

 

FUENTE: DIARIO AHORA