Escribe Emiliano Flores Trujillo
El Partido o Subdelegatura de Huamalíes fue un territorio extenso de la Intendencia de Tarma.
La historiadora Ella Dumbar Temple afirma que: “Se percibe del examen de los actuados la insurgencia general de todo el Partido de Huamalíes, la liga de los pueblos, en particular los de Obas arriba, y la participación no sólo de las doctrinas de Baños, Jesús, Pachas, Llacta (o actual Llata), Singa, Chavín de Pariarca, Huacrachuco y Huacaybamba, sino también de los anexos, en especial los más exaltados de Marías, Chupán, Margos, Rondos, Yacos (o Yacus), Ovas, Chavinillo, Aguamiro, Jircán y Sillapata”. (p. XLIX del prólogo del primer volumen de los 5 volúmenes).
Por orden del coronel Martín Bengolea el 4 de marzo el mayor Miguel Irasoqui se constituyó al pueblo de Marías para solicitar a su alcalde Vicente Estacio mulas para los soldados que viajarían a la ciudad de Huánuco en auxilio de los españoles desalojados. La reunión de jefes y soldados sería en la pampa de Huánuco el Viejo con presencia del Subdelegado. Este requerimiento de mulas fue negado por el alcalde de Marías y más bien dio un plazo a Irasoqui de dos horas para retirarse de dicho pueblo, en caso contrario corría en peligro su vida.
Esta actitud de rechazo tomó el alcalde por estar a favor de la revolución indígena iniciada en Panao y Huánuco. Retirado del lugar Irasoqui ordenó al capitán Jacinto Herrera al mando de cinco compañías de soldados. El día 7 de marzo de 1812, Herrera arriba a Marías a fin de someter vía armas a los descontentos alzados de dicho pueblo. Como dice Pío Mirabal, Herrera hace “huir matando a un indio y a un muchacho”. Los indios mariasinos presos, después de la ocupación de Llata, afirman que de los labios de los soldados de Herrera habían “oído la voz mata, mata, mata indios (…) y solamente pudo matar a un muchacho y herir a un indio llamado Francisco Nolverto quien (posteriormente) es muerto, y luego procedió aquel numeroso ejército al saqueo y destrozos de casas verificándose una fatal ruina cocinando con ellas y quebrando ollas con una impiedad, rogando las mujeres encarceladas en dicho pueblo por D. Jacinto Herrera a pesar de un escrito de súplica”.
Igual fue saqueada la iglesia de donde se llevaron “tres arrobas de cera, la corona de plata de Patrón San Francisco, tres singulos (sic) un metal, un guión nuevo que costó cincuenta pesos, tres campanillas”. (p. 688). De este hecho los mariasinos con otros pueblos más se vengarían en Llata saqueando la casa de Herrera.
Después que Herrera se retiró de Marías, los indios de este pueblo juntamente con los de Chuquis y Chupán bajaron a Quivilla en persecución de Herrera, pero luego retirarse a sus pueblos. Viendo la insurgencia de los indios, el coronel Martín Bengolea se propuso acuartelar las compañías tanto en Aguamiro como en Pachas de ochenta hombres en este último siendo uno de ellos Pío Mirabal quien integraba con el grado de sargento primero cuyo propósito final era reunirse en Huánuco el Viejo. El cura de Pachas Juan Reymundes había recomendado también establecer un cuartel central en este pueblo para impedir el paso de los indios a Llata, recomendación que fueron desoídos por los oficiales. Mientras tanto los indios nuevamente se concentraron en Quivilla para desplazarse a Aguamiro y después a Llata. Al notar la presencia indiana prefirió disolver su compañía.
En Aguamiro tanto el coronel Bengolea y el alférez José Equizabal como el mismísimo Subdelegado Manuel del Real se reunieron en Aguamiro. Allí decidieron retirarse al asiento minero de Huallanca “donde se había refugiado porque no habían sido obedecidos de las Compañías de su Regimiento por cuya experiencia, y por indefensos, no quisieron venir a Pachas, creyendo que los de este pueblo también estaban sublevados”, como dice Pío Mirabal.
De Huallanca el Subdelegado Manuel del Real con sus oficiales se retiraron hacia Huánuco tal vez por la ruta de Jesús. En su declaración Miguel Irazogui manifiesta que en Pachas “con tres compañías fue auxiliado el Subdelegado (Manuel de Real) y de allí se dispersaron, y lo dejaron solo y que por esta causa se ausentó el Subdelegado”. (p. 428).
Así fugó el Subdelegado del territorio de su Partido Huamalíes dando lugar a los insurgentes al saqueo de los pueblos de Aguamiro y Llata, que este último era la sede o capital.
CULTURAL
FUENTE: DIARIO REGIONAL
INTERESANTE PUBLICACIÓN QUE NOS DA A CONOCER PARCIALMENTE LA PRESENCIA DEL PUEBLO HUAMALIANO EN LA HAZAÑA DE 1812, CON SU CARÁCTER REBELDE, AMANTE DE LA LIBERTAD Y PARTIDARIO DE UN NUEVO ESTADO...
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