LLATA, CIUDAD CONTAMINADA

 

Preocupados por la salud de nuestros vecinos, nos vemos obligados a tratar el tema de la Limpieza Pública.  “Llata Cuna del Primer Grito Libertario de América-1777”, “Ciudad Centenaria”, “Capital del Folklore Huanuqueño”, “Ciudad Hospitalaria”, con tantos títulos que nos enorgullecen, por desgracia hoy vivimos sumidos en el desorden y en el caos de la mugre.

La Municipalidad Provincial de Huamalíes con su administración al “champazo”  lamentablemente no contribuye a solucionar el problema del recojo y botado de la basura. La presencia de montículos  contaminantes en varios puntos de nuestra ciudad puede causar serias afecciones en nuestra salud. Sin embargo los del municipio anunciaron y difundieron la compra de un camión recolector de basura, y no hay cundo se compre. Es de reprender que la administración de la Municipalidad Provincial de Huamalíes liderado por don Lincoln Ortega Sánchez, no cuenta con una oficina del Área de Medio Ambiente, ni los mecanismos apropiados para eliminar  y procesar la basura; para colmo de los males y desgracia del pueblo, el único volquete que aún funcionaba como recolector, fue donado al distrito de Arancay. Actualmente de manera inadecuada e irresponsable vienen recolectando los desechos con una máquina pesada de cargador frontal; destruyendo así las deterioradas pistas y veredas de la nuestra ciudad.

Llata sufre hoy los estragos de la contaminación ambiental. La basura y el desorden se han convertido en los agentes contaminadores más activos, porque chicos y grandes sin escrúpulos ni cuidado,  arrojan toda clase de desperdicios en cualquier parte y a cualquier hora.

 A esto se suma la falta sensibilización de Conciencia Ambiental para impedir la pérdida de la biodiversidad, contaminación de aire, agua, suelo y el cambio climático. Evitemos el arrojo de desperdicio entre papeles, plásticos, cáscaras y otros elementos contaminantes que son arrojados durante el día por todas las personas que transitan las calles.

En Llata de un tiempo a esta parte se ha proliferado el comercio ambulatorio en nuestras estrechas calles que lo han convertido en intransitables, así como el desorden en el tránsito vehicular, un peligro latente contra la integridad de las personas.

El turismo cobra mayor relevancia, cuando las ciudades ordenadas y limpias cautivan a los visitantes y habitantes. En estos momentos nuestras autoridades, no brillan por la pulcritud y el orden de los sistemas que  desarrollan a los pueblos, hace falta la presencia motivadora, activa y decidida de nuestros gobernantes, la voz orientadora y educadora de nuestros maestros, la autoridad de los padres de familia y el compromiso dinámico de nuestros hijos. No es mentira, está a la vista de todos, las veredas y las calles carecen de aseo, hay tanto desorden con los vendedores ambulantes que dejan sucios los espacios que ocuparon. Esta realidad, es una culpa compartida entre las autoridades y la población, los unos que  no saben representar y los otros que no sabemos reclamar y peor no sabemos proponer.

Evitemos que nuestra tierra se convierta en “LLATA, LA HORRIBLE”: donde los montículos de basura y el desorden son las que más contaminan. Todos anhelamos que llegue el momento de  cambiar las cosas de manera responsable, con  un cambio firme y duradero, que nuestras autoridades hagan sentir su presencia y tomen medidas correctivas para garantizar la limpieza permanente de las calles, plazas, parques y jardines; que reordenen el comercio ambulatorio, que no se permita a ninguna persona, rompa esta ordenanza, que el tránsito vehicular siga ordenándose  adecuadamente a fin de que no constituya un peligro permanente para los transeúntes.

Apoyemos a nuestras autoridades y enseñémonos unos a otros a ser limpios y ordenados, porque “ORDEN Y LIMPIEZA SON SIGNOS DE GRANDEZA”. Por una Llata limpia y ordenada, empiecen a poner esta problemática en sus agendas con mayor responsabilidad. Ya es hora de poner manos a la obra y ya.