CHAPA TU CHORO

08/09/2015 La Obra de Lope de Vega, hoy toma más relevancia que nunca. Fernán Gómez es el Co­mendador del pueblo de Fuente Ovejuna; es un personaje cruel, brutal y despiadado, que abusa de su autoridad y oprime a los débiles. El pueblo de Fuente Ovejuna, ya está harto de su crueldad, que no hace más que fastidiarlos, ya sea reclu­tando jóvenes para sus guerras, o deshonrando a sus mujeres, así que deciden intervenir y ase­sinar al Comendador. Tras el asesinato, acuerdan no decir nunca quién lo hizo, y cuando las auto­ridades pregunten quien fue, ellos responderían que fue el pueblo de Fuente Ovejuna.

Hoy vemos con mucha preocupación cómo se incrementan los asaltos, robos en las casas, asesinatos, raptos. Las noticias a diario nos re­portan estos hechos y vemos la inoperancia de las fuerzas del orden. También observamos con indignación de cómo dejan en libertad a los delincuentes que han sido atrapados por los propios vecinos. Esta es la gota de agua que ha rebalsado el vaso, y es por eso, que han decidido hacer justicia por sus propias manos, en vista de la desconfianza que inspiran quienes deberían protegernos y defendernos de la delincuencia.

En el norte del país también observamos cómo se tienen amenazados a los taxistas y todos los días les piden una cuota de dinero para dejarlos trabajar con tranquilidad; aque­llos que no lo hacen, corren el riesgo de que sus unidades móviles sean incendiadas, ante la vista y paciencia de la policía.

Algunos policías, fiscales y jueces a veces dan la impresión de estar del lado de los que delinquen. A pesar de haber pruebas o haber­los atrapados infraganti, después de un tiem­po, los dejan en libertad. Las personas o fami­lias que se defienden de un asalto o agresión delincuencial, finalmente también son consi­derados delincuentes.

Hace poco una señora defendió su nego­cio, amenazando al ladrón con un cuchillo, y éste, ante la reacción de la señora, se dio a la fuga. Pregunta. ¿Qué hubiera pasado si ella lo hubiera herido o asesinado en defensa propia?

Seguramente que iba a la cárcel. Pero como el ladrón no llegó a cometer el robo, lo dejan en libertad porque no hay sanción por el intento. Este mundo a veces parece que está al revés y que los delincuentes tienen más derechos que los ciudadanos.

El Estado de derecho ha desbordado, ahora existe el Estado del hampa. Los ciudadanos y ciu­dadanas no podemos estar tranquilos ni siquiera en nuestras casas. En los últimos tiempos se ha desatado una comprensible rabia ciudadana. Las personas estamos hartas de la situación de inde­fensión en que nos encontramos.

Somos mellados, burlados, asaltados, ase­sinados y aquí no pasa nada. Si el delincuente es atrapado, entonces sus amigos y familiares empiezan a presionar a la víctima para que cambie su versión o retire la denuncia. Es har­to sabido que muchas de las llamadas extorsio­nadoras vienen de los penales.

“Chapa a tu choro y déjalo paralítico” no es más que una iniciativa desesperada que se ha colgado en las redes, y que los ciudadanos y ciudadanas están dispuestos a seguir, porque sienten que en nuestro país no hay justicia de quienes están llamados a protegernos.

Atrapa a tu choro y haz justicia con tus pro­pias manos, es una medida de alerta que la de­lincuencia está ganando al Gobierno, y que si no se cambia la legislación a favor de una rea­lidad social que luche contra la delincuencia y la corrupción, pronto nuestro país se conver­tirá en una Fuente Ovejuna. No quisiéramos llegar a esa situación.

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