EL LEÓN ES UN CABALLITO

Andrés Jara Maylle
andresjaram30@hotmail.com
En la década del setenta del siglo pasado, quién iba a pensar que el León de Huánuco, indudablemente el equipo de fútbol más popular en toda la historia de nuestra ciudad, iba a convertirse en un codiciado botín, en un perfecto caballito de batalla para aspiraciones de políticos circunstanciales.
Pero en aquellos tiempos yo también era hincha del León.
Ahora ya no porque el mediocre fútbol sudamericano (a excepción de Brasil), peor aún el peruano, realmente es lento y aburrido y no entiendo cómo tanta gente se desvela, grita, se excita, insulta, se vuelve energúmena, cuando 22 idiotas ( a quienes sintomáticamente se les llama “jugadores”) corren sin inteligencia detrás de una pelota.
Yo era uno de esos chiquillos que a trote lento pero indetenible cruzaba toda la ciudad, desde la última cuadra del jirón Huallayco hasta llegar al estadio, los domingos a las tres de la tarde, solo para ver al conjunto crema, al equipo de mis amores, al glorioso León de Huánuco.
Cómo no ser hincha si allí jugaban verdaderos profesionales, señores del balón, que siempre miraban el arco contrario. Por ellos era hincha del León, de ese León que tenía entre sus filas al Negro Falla, a Kerosene Rodríguez, a Cucharita Arévalo, al Chato Allende, a Mitiguel Sinti, al Cholo Fano, a Ronald Sanabria y tantos nombres que ya no los recuerdo.
Solo por ver jugar al León, pedía a mi padre permiso desde la mañana, “Por favor, en la tarde iré al estadio”, le decía sabiendo que se negaría al pedido. Tenía que rogar, implorar, prometer que trabajaría a su lado mañana, tarde y noche, incluso llorar. Solo al final, cuando faltaba apenas media hora para que comenzara el partido y cansado seguramente de tanto ruego, por fin accedía no sin antes advertirme que volviera a la casa apenas terminara el partido.
Entonces daba un salto de alegría y comenzaba mi imparable maratón hasta la puerta misma del estadio, a ver si alguien, haciéndose pasar por mi padre, mi tío o hermano mayor (que nunca tuve), me hiciese entrar, porque los niños entraban gratis.
Ciertos domingos, con suerte, encontraba algún huanuqueño generoso y entraba campante a la tribuna popular, buscaba un lugar expectante y allí me quedaba gritando a los jugadores, insultando barbaridades al árbitro y comiendo una papa rellena que unas señoras vendían entre los estrados.
En otras circunstancias, al ver que nadie me hacía entrar y sabiendo que faltaban apenas unos cuantos minutos para que el partido comenzara, no me quedaba otra que emprender, ahora sí, veloz carrera hacia el cerro, la tribuna de los pobres y sin propina. Subía entre cabuyales, por un caminito de cabras (que no ha cambiado mucho pese al paso del tiempo), hasta llegar a la capilla con paredes viejas y desconchadas. Y de allí veía el panorama: hacia la izquierda, las faldas del Visacaca, en donde cientos o acaso miles de personas le daban al cerrito, esa “tribuna” natural, un colorido de fiesta. Hacia abajo, el estadio Heraclio Tapia, el césped verde donde corrían, como pequeñas hormiguitas, los jugadores del León. Al frente, la ciudad entera ante mis ojos.
No importaba la distancia. Del Visacaca también se podía  dar órdenes a los jugadores, insultar improperios al árbitro y al juez de línea. Pedir a gritos al entrenador que cambie de una vez a ese cojudo delantero que no sabe hacer goles. O simplemente gritar “León”, “León”, “León” con una fuerza indomable y liberadora. Para saber quién llevaba la pelota, quién cometía falta, quien dispararía el tiro libre o el penal, solo había buscarse un lugar cerca a alguien que llevaba una radio y allí nos enterábamos quien era quien en el campo. Para eso estaban los locutores de radio Ondas del Huallaga. Sí, señor.
Si el León perdía todos bajaban del cerro amargados, carajeando, entristecidos por la posible baja. Culpando al árbitro vendido, a los defensas descuidados, a los delanteros inútiles, al entrenador bruto y hasta al arquero chapagallinas. Siempre teníamos que encontrar un culpable para tan indecible tragedia.
Pero si el León ganaba todo era fiesta. Bajábamos del cerro o salíamos del estadio alegres, felices, analizando como sabios las jugadas, los requiebros, los pases, los goles. Hablando bien del entrenador y su cambio certero de jugadores. Hablando maravillas de Kerosene, de Cucharita, del Chato y del Negro, mientras en nuestro pecho nuestro pequeño corazón se inflamaba de orgullo huanuqueño.
Pero jamás de los jamases, hubiésemos imaginado que pasando los años, el León se convertiría en caballito (electoral).
Primero fue la señora Templo quien gracias al León ocupó dos veces el sillón municipal y una vez la presidencia regional. En las dos últimas elecciones el equipo crema fue utilizado “políticamente” y ahora se pretende hacer lo mismo. Todo vale en esta carrera, incluso transitar sobre cadáveres, como decía mi maestro Vargas Llosa.
Por eso no me sorprendí tanto cuando ayer, pasado el mediodía, sin querer, me vi envuelto en medio de una gran caravana de carros, pancartas y banderas que venían del aeropuerto. Sucede que al volver de Colpa Baja a bordo de mi moto, me alcanzó ese desfile motorizado y no me quedó otra que avanzar como uno más de la muchedumbre. Solo me faltaba mi bandera del ARI y acompasar mi bocina. Azorado por las circunstancias, ya al entrar a la ciudad, salí de la pista para saludar a un viejo amigo. Este, sorprendido, me dijo: “Qué, ahora estás apoyando a la gente de Picón? “Y tú, que no querías participar de la política? “No es como parece” le dije, pues no tenía explicación alguna.
Entonces, solo entonces caí en la cuenta de que todo ese gentío y esa parafernalia fue organizado para “recibir al León”, como si hubiese llegado después de obtener el título de campeón mundial. Cosas del fútbol… y de la política en tiempos electorales. (04/02/2014).


FUENTE: DIARIO AHORA

5 comentarios:

  1. LEON DE HUANUCO = A R I

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  3. SOY HINCHA DEL FUTBOL Y COMO NO DEL LEON DE HCO, SIN EMBARGO AL POBRE CLUB LE HAN UTILIZADO EN CAMPAÑAS ANTERIORES COMO CABALLITO HAY Q HACER MEMORIA CUANDO LA SEÑORA TEMPLO FUE ELEGIDA 2 VECES AL SILLON REGIONAL DOND EN LA ULTIMA MANDO A QUEMAR MUCHAS PRUEBAS PARA Q NO LO PUDIERAN INVESTIGAR, YO LES DIGO DE CORAZON JUVENTUD HUANUQUEÑA AHORA HAY Q VOTAR PARA EL PROGRESO DE NUESTRO PUEBLO, PERO ESTA VEZ YO NO VOTARE POR PICON...



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